Coca was considered a gift to the people to be used to drive evil forces from their homes and fields.
Both the Quechua and Aymara make sacrifices of coca leaves when planting or mining in order to ensure a good harvest or a lucky strike.
The yatiri, or witch doctors, use them in their healing and exorcising rituals.
Here is the legend of Mama Coca.
Los sabios hombres
Que miran más allá del resto de su pueblo
Cuando llegan los malos tiempos
el invierno,
Son recogidos por Dios, como semillas buenas
Para sembrar en ellos
Y a través de ellos, en los hombres,
Los alimentos que corresponden a la nueva
Era a vivirse, alimentos para el cuerpo y para el espiritu
Pues el espiritu se nutre de conocimientos,
De conciencia.
Asi...
Cuando el conquistador del norte
Envuelto en sus hierros, vino a conquistar un ser
Un pueblo nacido en el Ande
En las montañas, templos naturales a Dios,
En un atardecer rojo sangre,
Un escogido
Entre los sacerdotes escuchó la voz interna de
EL
Que hablaba así:
“Amo mucho a mi hijo, a tu pueblo
Por que obedeció mi mandata y se mantuvo puro
También por eso lo doté de mucha sabiduria
Pero ahora el resto de mi rebaño allende tu
mundo
Ha llegado.
No solo en el cuerpo, tambien en espíritu,
Por eso tus hermanos estan peleando entre
ellos.
Los buscadores de oro ya están aqui para
Oprimir el corazon y clavar sus espinos de
Hierro en la carne.
Pero no debes olvidar
Que el dolor es el receptáculo de la felicidad,
Ella penetra en el corazón
Por el camino que ha abierto el dolor.
Los tiempos que tocan vivir son esos,
Cavarás en el corazón de la tierra tu camino
Como el gusano hace
Para sacar el oro y la plata
(dioses de barro que ha construido el hombre).
Pero en el fondo de esa búsqueda hallarás
Las tinieblas
Y te perderas en ellas
Y eso, te hará ansiar la luz que quedó atrás,
Así, mientras más desciendan
Más ansias tendrán de subir
Y podran llegar a mi.
La pureza de tu corazón me ha conmovido
Y por eso,
para luchar contra la tiniebla
Que yace en el fondo de la Pachamama
Para soportar el frio,
el hambre,
y la tristeza
De los corazones separados de tu padre,
Te daré un regalo para tus hermanos.
Sube a aquel alto cerro
donde encontrarás una pequeña planta
pero de mucha fuerza.
Guarden con amor sus hojas y cuando sientan
Dolor en su corazón
Hambre en su carne
Y oscuridad en su mente...
Llévenlas a su boca
Y con dulzura extraigan su espíritu
Que es parte del mío.
Obtendrán amor para su dolor
Alimento para su cuerpo
Y luz para su mente.
Y aun más...
Observa el baile de esas hojas con el viento
Y obtendras respuestas para tus preguntas.
Pero si tu verdugo llegado del norte,
El conquistador blanco,
El buscador de oro, la tocara
Solo encontrará en ella
Veneno para su cuerpo y locura para su mente
Porque su corazón esta tan endurecido
Como su espada y su vestido de hierro
Cuando la COCA,
Que es así como la llamarás,
Intente ablandarlo,
Solo lograra romperlo
Como los cristales de hielo
Formados de las blandas nubes
Destruyen las rocas
Demuelen las montañas.
Antonio Dicaz Villamil.
Museo de la Coca, La Paz.